Marcando la diferencia en un mundo globalizado

 Por: Francisco Tejeda

Introducción: Marcar la diferencia (a la manera de Dios) en medio de esta generación maligna y perversa, es el llamado Dios a aquellos a quienes salvó. Los resultados de marcar o no la diferencia, será inevitablemente expresado por lo demás. Es decir, que cuando las personas dan testimonio de nosotros, lo hacen porque nuestras vidas son como cartas que envían un mensaje a la humanidad. ¿Qué dice la gente sobre ti? ¿Qué dicen de tu conducta? ¿Tus amigos, compañeros de escuela, universidad, o trabajo? Muchas veces lo que los demás dicen de nosotros sólo expresa la cruda realidad de nuestra manera de ser, vivir y obrar.


Filipenses 2:19-24 dice: "Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos; y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros".

Supongamos que necesitas retirar del correo una carta que contiene una información muy importante: ¿A quien enviarías a buscarla? ¿A una persona obediente o a una desobediente? ¿A una persona de confianza o a una que no? Si eres cuerdo seguro que elegirás las dos primeras opciones. De la misma manera el apóstol Pablo, que en los versículos anteriores les requirió a los filipenses tanto el sentir como el compartir su gozo con él, ahora les presenta la manera en que los filipenses podían hacerlo. Dicho gozo sería compartido a través de las noticias que Timoteo traería sobre ellos después de regresar de Filipos por la encomienda de Pablo.

Evidentemente, si Pablo tenía el deseo de enviar a Timoteo a Filipos, era porque para él era un hombre de confianza, pues nadie enviaría a buscar información importante con una persona en la cual no confía. Según el v.17, Pablo tenía la esperanza de que su intención de enviar a Timoteo por información, fuese una determinación trazada en el plan eterno de su amo y Señor Jesucristo, el cual es quien orquesta todas las cosas según el designio se su voluntad. El deseo de Pablo de escuchar que los filipenses se habían identificado con su gozo y sentir, era diligente. No quería escuchar la noticia en unos meses o en algunos años, él quería escucharla ya. Esto lo vemos por la palabra “pronto” que expresa este sentimiento. ¿Por qué? Porque saber que los hermanos están disfrutando el hecho de vivir por la causa de Cristo a pesar de las aflicciones y conflictos con el mundo, produce ánimo en nuestras vidas. El mero conocimiento de que otras personas en todo el mundo a pesar de la oposición, están viviendo con gozo y pasión por la causa de Cristo, produce ánimo en nuestros corazones, deseo de seguir esforzándonos y esperanza de que nuestro trabajo en el Señor no ha sido en vano; esperanza de que en el día de Cristo podemos seguir gozándonos juntamente con aquellos que por la gracia de Dios pudimos ministrar. El estado de gozo de los filipenses sería de estimulo para el corazón del Apóstol.

¿Cómo consideraba Pablo a Timoteo? ¿Qué testimonio daba de él? En el v.20, Pablo habla de Timoteo como una persona con su mismo sentir. Como mencionamos, en esta carta Pablo había pedido a los filipenses tener el mismo sentir en varias ocasiones. El sentir tanto de Pablo como Timoteo nos habla de su disposición a dar su vida si fuese necesario por la causa de Cristo y evidentemente según el texto en la vida de los filipenses. Su sentir nos habla de un interés sincero y verdadero. No tenía un falso interés, ni mucho menos un interés lucrativo, como algunos que según nos mencionará Pablo más adelante viven por la comida, pues consideran su Dios el vientre y solo piensan en lo terrenal. Aunque es difícil encontrar una generación de jóvenes que tengan el mismo sentir de Cristo y de Pablo, aquí tenemos a Timoteo un joven dispuesto a sacrificarse por otros hasta la muerte, (aunque más tarde, en las cartas de Pablo a Timoteo, parecería que Timoteo comenzó a tener luchas, tentaciones y conflictos que le estremecieron en la fe, de tal manera que Pablo lo anima a no tener temor, ni vergüenza. Más tarde vemos en Hebreos que es mencionado como un hombre que salía de la cárcel por la causa de Cristo, demostrando que luchó con valor) ¿Serás que eres un Timoteo en su etapa de cobarde o de valiente en las fuerzas del Señor? Si te identificas con la cobardía de Timoteo, pide a Dios fuerzas y te hará un Timoteo valiente. ¿Te estas interesando en los demás antes que en ti?

Sin embargo, en v.21, Pablo nos explica la razón por la cual sólo contaba con Timoteo. La cual, rezaba en que “todos” es decir, una gran mayoría, ya que también a su lado estaba Epafrodito, solo estaban interesados en la satisfacción de sus propios intereses. Vivir sólo por nuestros propios intereses nos hace personas desinteresados totalmente de los intereses de Jesucristo. Fue el mismo Señor Jesucristo que dijo: “Amarás al Señor tu Dios con toda tu mente, con todo tu espíritu, con todas tus fuerzas y amarás a tu prójimo como a ti mismo” allí no están nuestros intereses en ningún lugar. El interés de Cristo es la voluntad de su Padre, sus mandamientos. La misma naturaleza del Hijo nos muestra la obediencia que debemos tener y como nosotros debemos vivir por la voluntad del Padre y no para nosotros mismos. Sólo la gracia salvadora de Dios puede darnos entendimiento por medio del Espíritu Santo para comprender nuestra naturaleza como esclavos, la cual está en esta carta a los filipenses en el ejemplo de Cristo, de Pablo, de los filipenses y ahora de Timoteo. Nuestra vida es la demostración misma de que estamos interesados en lo nuestro.

¿Cuánto tiempo hace que con sinceridad y no por pena o para que te dejen de molestar ayudaste alguna persona necesitada que te pidió ayuda en la calle? ¿Cuándo fue la ultima vez que te sacrificaste en dar una ofrenda a la obra, o a un misionero, o Pastor, el cual no representó las sobras de lo que te quedó de tu sueldo mensual o ahorros? (no nos escandalicemos, esto es justo lo que los filipenses hicieron con Pablo) ¿Cuándo fue la ultima vez que diste aquella camisa o pantalón que más te gustaba porque otra persona que no tenía lo necesitaba? ¿Cuándo fue la ultima temporada en tu vida que decidiste no darte todos lo gustos que querías a fin de ahorrar y dar ese dinero para una causa justa que no tenga que ver con nosotros? y con preguntas como estas podíamos seguir todo el día, pero creo que son más que suficientes para hacernos reflexionar y para que su Espíritu las tome y nos haga cambiar nuestro corazón.  

En el v.22, Pablo contrasta la vida de la mayoría con la conducta de Timoteo. El cual, tenía que ver con la gracia de servir a Pablo como sirve un hijo a su padre. Esta analogía no se entendería si la aplicáramos a estos días donde los hijos no son obedientes. Pero la idea acá es decir, “...Como debería servir un hijo a un padre…” o mejor todavía tomando el ejemplo de la obediencia de Jesús como Hijo a Dios su Padre. ¿Entendemos la responsabilidad que tenemos de servir a nuestros padres en total sumisión y lealtad o ya lo hemos olvidado, o ni siquiera lo sabíamos? Timoteo había servido a Pablo en lo concerniente a la vida cristiana, el cual incumbe todos los aspectos de la vida.

Con toda esta presentación de Timoteo ¿Cómo piensan que los filipenses lo recibirían? Podríamos pensar que muy bien, sin embargo recuerden que en Filipos estaban los malos obreros y los que predicaban sólo para añadir aflicción  la vida de Pablo. Por esto para este grupo, un aliado profundo de Pablo representaba un enemigo más. Sin embargo para aquellos que amaban a Cristo y a Pablo, esperaban con buenas actitudes a Timoteo. Pablo enviaría a Timoteo con gran alegría, a las ves que también tenia la esperanza que al ser liberado de la cárcel podría visitarlos también y así completar su gozo en el Señor. Se piensa que Pablo salió de esta cárcel y luego visitó a los filipenses.

Conclusión: Vivir por la causa de Cristo nos llevará a ser caracterizados como: Personas dignas de confianza. Personas amadas. Personas elogiadas legítimamente. Cuando nos interesamos por los intereses del Señor Jesucristo, manifestaremos nuestro agradecimiento a Dios por la salvación y cosecharemos un testimonio agradable a los ojos de Dios y del mundo. Sirvamos a Dios como Jesús sirvió a su Padre, sirvamos a la iglesia como Timoteo sirvió a Pablo. Muchas bendiciones!!!

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